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jueves, 30 de diciembre de 2010

"EL BRINDIS DEL BOHEMIO" DEL MEXICANO GUILLERMO AGUIRRE Y FIERRO.



GUILLERMO AGUIRRE Y FIERRO.




"EL BRINDIS DEL BOHEMIO".


En torno de una mesa de cantina, una noche de invierno,
regocijadamente departían seis alegres bohemios.
Los ecos de sus risas escapaban y de aquel barrio quieto
iban a interrumpir el imponente y profundo silencio.
El humo de olorosos cigarrillos en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada, la vida de los sueños.
Pero en todos los labios había risas, inspiración en todos los cerebros
y repartidas en la mesa , copas pletóricas de ron, whisky o ajenjo.


Era curioso ver aquel conjunto, aquel grupo bohemio
del que brotaba la palabra chusca, la que vierte veneno, 
lo mismo que, melosa y delicada, la música de un verso.
A cada nueva libación, las penas hallábanse más lejos del grupo,
y nueva inspiración llegaba a todos los cerebros
con el idilio roto que venía en alas del recuerdo.
Olvidaba decir que aquella noche, aquel grupo de bohemios 
celebraba entre risas, libaciones, chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica, del "feliz año nuevo".


Una voz varonil dijo de pronto: - ¡Las doce, compañeros!
Digamos el "requiéscat" por el año que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza! porque nos traiga ensueño;
porque no sea su equipaje un cúmulo de amargos desconsuelos.
-Brindo, dijo otra voz, por la esperanza que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino, por la esperanza, nuestra dulce amiga
que las penas mitiga y convierte en vergel nuestro camino.
Brindo porque ya hubiese a mi existencia puesto fin con violencia,
esgrimiendo en mi frente mi venganza, si en mi cielo de tul, limpio y divino,
no alumbrara mi sino una pálida estrella: ¡Mi esperanza!


¡Bravo!, dijeron todos, inspirado esta noche has estado
y hablaste breve, bueno y sustancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa y brinde por Europa
ya que su extranjerismo es delicioso.


- Bebo y brindo, clamó el interpelado. Brindo por mi pasado que fue de luz,
de amor y de alegría; y en el que hubo mujeres seductoras y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía. 
Brindo por el ayer que en la amargura hoy cubre de negrura mi corazón,
esparce sus consuelos trayendo hasta mi mente las dulzuras de goces, 
de deliquios, de desvelos.


- Yó brindo, dijo Juán, porque en mi mente brote un torrente de inspiración divina, 
seductora; porque vibre en las cuerdas de mi lira el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.
Brindo porque mis versos, cual saetas, lleguen hasta las grutas,
formadas de metal y de granito, del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata, ¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!
Porque a su corazón llegue mi canto; porque enjuaguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos, porque con creces mi pasión me pague...
¡vamos!, porque me embriague con el divino néctar de sus besos.


Siguió la tempestad de frases vanas, de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo, y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente y libaciones y reír y todo.
Yo brindo por la Patria, por las flores, por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llenan de rosas y hacen de la mujer la cortesana.


Sólo faltaba un brindis, el de Arturo, el del bohemio puro, de noble corazón
y gran cabeza; aquel, que sin ambages, declaraba que sólo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.
Por todos estrechado, alzó la copa frente a la alegre tropa desbordante de risa
y de contento.Los inundó la luz de una mirada, sacudió su melena alborotada 
y dijo así, con inspirado acento:


- Brindo por la mujer, mas no por esa en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer, ¡desventurados!; no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos artificialmente perfumados.
Yo no brindo por ella, compañeros; brindo por la mujer, pero por una, 
por la que me brindó sus embelesos y me envolvió en sus besos;
por la mujer que me arrulló en la cuna.


Por la mujer que me enseñó de niño lo que vale el cariño exquisito, 
profundo y verdadero; por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dió en pedazos, uno por uno, el corazón entero.
¡Por mi madre!, bohemios; por la anciana que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado; 
porque sueña, tal vez, que mi destino me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.


Por la anciana adorada y bendecida, por la que con su sangre me dió la vida, 
y ternura y cariño; por la que fué la luz del alma mía,
y lloró de alegría sintiendo mi cabeza en su corpiño.
¿Por esa brindo yó!; dejad que llore y en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina; dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente que mi ausencia es un fuego que calcina.
Por la anciana infeliz que gime y llora y que del cielo implora
que vuelva yó muy pronto a estar con ella.
¡Por mi madre!, bohemios, que es dulzura vertida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella...


El bohemio calló; ningún acento profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura
y pareció que sobre aquel ambiente, flotaba inmensamente,
un poema de amor y de amargura.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

"CUANDO ME VAYA". DEL AUTOR MEXICANO "AMADO NERVO".



"Amado Nervo".
"AMADO NERVO" fue el seudónimo de Juán Crisóstomo Ruiz, poeta nacido en México el año 1870 y fallecido en el Uruguay en 1919.

"Cuando me Vaya"


Cuando me vaya para siempre, entierra
con mis despojos tu pasión ferviente;
a mi recuerdo tu memoria cierra;
es ley común que a quien cubrió la tierra
el olvido lo cubra eternamente.


A nueva vida de pasión despierta
y sé dichosa; si un amor perdiste,
otro cariño tocará a tu puerta...
¿Por qué impedir que la esperanza muerta
resurja ufana para el bien del triste?


¿Ya ves?... Todo renace. Hasta la pálida
tarde reviste en la mañana hermosa;
vuelven las hojas a la rama escuálida,
y la cripta que forma la crisálida
es cuna de pintada mariposa.


Tornan las flores al jardín ufano
que arrojó sus nieves el invierno;
hasta el polo disfruta del verano...
¿Por qué nomás el corazón humano
ha de sufrir el desencanto eterno?


Ama de nuevo y sé feliz. Sofoca
hasta el perfume de mi amor, si existe;
¡Sólo te pido que no borres, loca,
al sellar en tus labios otra boca,
la huella de los besos que me diste!